domingo, 3 de julio de 2011

La higuera... de Hipócrates a mi madre.

Que delicia cuando aparecen los primeros higos.





Los higos y las brevas son originarios de los países del Mediterráneo. Se tiene constancia, que ya se consumían en el antiguo Egipto hace 4.000 y 5.000 años a.J.C. En un yacimiento en el valle del Jordán se han descubierto restos de higos de hace más de 11.000años.





También los consumían los griegos y los romanos, y se habla de ellos en varios escritos. Hipócrates los recomendaba para calmar la fiebre y durante muchos siglos en diferentes culturas, se han utilizando preparados, con este ingrediente principal, para curar catarros y aliviar el dolor de garganta.





La breva, es la que nace en la primera de las dos cosechas de frutos de la higuera. Es muy apreciadas al ser de mayor tamaño que el higo pero no es tan dulce como él, tienen forma de pera y diferentes colores, dependiendo de las variedades oscilan entre el blanco, amarillo verdoso, azuladas y negras. El mismo árbol también da el fruto del higo un poco más tarde; incluso se sabe que hay años, dependiendo de las lluvias caídas, que pueden no producir brevas.





En el hemisferio norte se dan cada año con el anuncio de la festividad de San Juan. En el hemisferio sur la maduración de sus frutos coincide con la llegada de la Navidad.
Los higos son dulces y melosos. Son un manjar y se pueden preparar muchas delicias con ellos. Hay quienes los comen en almíbar con trozos de queso fresco. Otros los aprecian en dulces o mermeladas.





Dulce de higos casero

•1 Kg. de higos
•azular
•3 clavos de olor
•1 chaucha de vainilla
•jugo de ½ limón

Preparación:

Elegir higos no muy maduros. Lavarlos y pincharlos con un palillo
Colocarlos en una cacerola y cubrirlos con agua. Hervirlos hasta que tomen una coloración amarilla. Pasarlos por agua fria, exprimirlos un poco y pesarlos. Pesar la misma cantidad de azucar.
Colocar el azucar en una cacerola, junto a los clavos de olor y la chaucha de vainilla. Cubrir con agua y llevar al fuego. Cuando rompa el hervor agregar los higos. Cocinar despacio hasta que esten transparentes y a punto.
Incorporar el jugo de limon y envasar.





Este dulce queda exquisito untado en tostadas o sobre queso cremoso.
Yo, personalmente, adoro comerlos con jamón crudo. La comida agridulce, es la que màs me define. Recuerdo comerlos así desde pequeña, con un vasito de vino tinto, rebajado con agua y endulzado con azúcar... delirios de mi familia francesa.





Una receta que nunca falla, es esta receta de rolls de higos con jamón serrano, queso de cabra, rúcula y miel. Ideales para degustar con un buen Syrah.


Rolls de higos, jamón serrano y queso de cabra.

8 rebanadas de jamón, cortado por la mitad horizontalmente
8 pequeños higos, reducido a la mitad o 4 higos grandes en cuartos
2 tazas de hojas de rúcula, lavadas y secas
1 / 3 taza de queso suave de cabra
Pimienta recién molida negra
miel líquida

Coloquen rebanadas de prosciutto en la superficie de trabajo. Organizar 1-2 hojas de rúcula fresca en un extremo. Coloque los higos en la parte superior de la rúcula.
Colocar una cucharadita de queso de cabra sobre los higos y la rúcula. Espolvorear con una pizca de pimienta. Enrollar.
Organizar en un plato para servir.Cubrir ligeramente con la miel rocíe antes de servir.




También son ideales para preparar un budín. Esta receta que les comparto, me la pasó mi amiga Ursula, que siempre preparaba su abuela.
Con un café, acompaña increíblemente el final de una cena.

BUDIN DE HIGOS AL RON CON NUECES Y ESPECIAS

Para la masa

175 gr. higos secos
3 cucharadas de ron
2 huevos
125 gr. azúcar
125 gr. harina
125 gr. avellanas; molidas
1/2 bolsa royal
1 punta de clavo de olor
1/2 cucharadita de canela
1 pizca nuez moscada
ralladura de 1 limón
ralladura de 1 naranja
100 gr. nueces

Cobertura

200 gr. azúcar
2 cucharadas de jugo de limón
3 cucharadas ron

Cortar los higos en trocitos quitando los rabos. Poner a macerar 2 horas en ron.
Separar las claras de las yemas. Montar éstas con 2 cucharadas de agua caliente, añadir el azúcar y seguir batiendo.
Aparte, montar las claras a punto de nieve e incorporar a la mezcla de yemas.
En un bowl aparte, mezclar la harina, el royal y las avellanas molidas. Añadir el clavo, la canela, la nuez moscada, sal, y las ralladuras del limçon y la naranja.
Agregar todo esto al preparado de huevos.
Trocear las nueces y mezclarlas con los higos a la masa. Hornear 90' a 175º C. Sacar del molde y poner a enfriar. Mezclar el azúcar, zumo de limón y ron y verter sobre el pastel.





También mi madre, aportó su pasión por los higos. Recuerdo que a ella le encantaban deshidratados y los devoraba como golosinas.
Como era muy alta, elevaba sus brazos cuando quedaban pocos, y bailando se alejaba. Se reía a carcajadas y saboreaba el último higo, sin sentir la menor piedad, ante mi mirada atónita.
Debo reconocer, que siempre era un juego, ya que yo disfrutaba viendola reir y bailar y verla alejarse sonriendo, no sin antes recitarme una y otra vez, una poesía que quedó grabada en mi memoria...

La higuera

Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.

En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.

En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.

Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se viste...

Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
«Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto».

Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!

Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:

¡Hoy a mí me dijeron hermosa! ...






P.D: ...tan hermosa como el recuerdo de mi madre...